viernes, 17 de diciembre de 2010

¡¡DEVOLVED LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA A LOS ANDALUCES A QUIEN SE LA HABÉIS HURTADO!!.


Extraordinario artículo el que abajo reproducimos publicado en el Diario de Jerez. Resume en pocas frases todos los problemas de la Administración de la Junta de Andalucía y su errática trayectoria histórica: proceso de transferencias, amiguismo, clientelismo, PLDs, Administración Paralela, el blanqueo del sistema mediante el Decretazo, etc., y todo perfectamente entrelazado, porque una causa es el el origen de la siguiente hasta llegar a esta ponzoña que nos han dejado por Administración Pública.

La pregunta del millón que surge es si Diego Valderas va a hacer caso al autor del artículo, también miembro de Izquierda Unida, o por el contrario va tratar de salvar los escasos muebles que les quedan a las CCOO de Carbonero o a la UGT de Pastrana. Porque las CCOO y la UGT en las que militamos o estuvimos militando muchos de nosotros no coinciden con las de sus dirigentes andaluces. Estos son corresponsables del estado en el que se encuentra la Administración Pública andaluza pues, conscientes de ello, han mirado para otro lado pasteleando durante años con el Gobierno del PSOE andaluz hasta crear este gran cortijo plagado de injusticias y alejado de los intereses generales.

Tal debe ser la debilidad y disensiones internas que los dirigentes de  CCOO y de UGT, conscientes del estado de shock en el que está el PSOE, se han tenido que agarrar a IU como su único carro salvador. Sus nuevas declaraciones y cambio de rumbo les delatan.

A Diego Valderas y a IU los empleados públicos, exactamente con la misma fuerza y entusiasmo que hemos demostrado frente al "priísmo" o régimen institucional del PSOE, le vamos a exigir el modelo que defiende su compañero Eloy, que no es otro que la erradicación de todos esos males retomando el sistema administrativista que reconoce la Constitución, fundamentalmente porque es el modelo que mejor defiende los intereses de los ciudadanos y la garantía de la prestación de los servicios públicos, y no el de unos pocos aprovechados a la sombra del PSOE como hasta ahora ha ocurrido. Así de claro y así de sencillo. 

Los empleados públicos hemos dado una lección de regeneración ética como nunca ha ocurrido en la historia de la Autonomía que ha dejado asombrada a toda España. Entre todos hemos conseguido que miles de andaluces salgan a la calle no para reclamar dinero ni prebendas, sino para pedir al PSOE una sola cosa:  ¡¡devolved la Administración Pública a los andaluces a quien se la habéis hurtado!!.


http://www.diariodejerez.es/article/opinion/861014/la/apropiacion/la/administracion/publica/andaluza.html

Diario de Jerez
TRIBUNA LIBRE

La apropiación de la administración pública andaluza

ELOY LÓPEZ CERDEÑO / COORDINADOR DEL ÁREA DE ECONOMÍA Y EMPLEO DE IULV-CA JEREZ | ACTUALIZADO 16.12.2010 - 01:00
LA contestación irritada, a veces airada, que los empleados de la Administración Pública de la Junta de Andalucía están dando al proceso de reordenación del sector público impulsado por la misma, ha sorprendido a sus responsables que se han visto obligados a reconocer que "en algo nos hemos equivocado" o "decir que todo lo hemos hecho bien sería bastante absurdo". Algo -bastante diría yo- hay de incongruencia reconocida en su planteamiento de reordenación, y de lo cual, y basado en mi propia y larga experiencia vivida en las administraciones central y autonómica me voy a permitir opinar ya que, como ciudadano, me atañe.

Ante todo recordar que la Administración Pública es el instrumento del que se sirve el Gobierno para le ejecución de sus políticas, a la cual dirige, pero que aquélla no es una prolongación del Gobierno. El acceso de los funcionarios a la función pública está regulado por ley, así como las garantías de su imparcialidad en el ejercicio de sus funciones: es la forma de mantener un instrumento tan importante de los estados democráticos al servicio con objetividad del interés general y, por tanto, válido cualquiera que sea el color del gobierno que la dirija. Son principios constitucionales que, a veces, los gobiernos - en este caso la Junta, como se verá - orillan cuando no obran en contraposición.

El proceso de transferencias de competencias de la Administración Central -administrativas y del personal- a la Junta de Andalucía marca el inicio de la estructuración de la administración autonómica a la que se le quiere dotar, según sus dirigentes, de un nuevo carácter -se supone que innovador- que en la práctica consistió en colocar en los puestos directivos a sus afines políticos y clientelares obviando al personal transferido con preparación y experiencia.

La utilización abusiva del procedimiento de la 'libre designación' - procedimiento restringido para los puestos de confianza, según la ley- como forma de promoción de los funcionarios en la estructura administrativa, en lugar de utilizar el 'concurso de méritos' -que es medible y objetivable- como el procedimiento general, ha sido y es una fuente de politización -se promocionan sus afines políticos y clientelares- y de pérdida de eficacia de la administración autonómica.

La eficacia de la administración pública -elemento clave para la ciudadanía que la costea y de la que debe recibir los mejores servicios- es, a su vez, un elemento recurrente utilizado expresamente por los gestores de la Junta - el PSOE- para la creación del entramado de entes, fundaciones, agencias, empresas y servicios públicos - alrededor de 250 empresas y más de 23.000 trabajadores - y que constituyen lo que se ha venido a denominar la 'administración paralela'Si la administración autonómica no funciona hagamos otra paralelaparece ser su razonamiento. Pero tal razonamiento no es tal, constituye una falacia provechosa para sus gestores: la eficacia de la administración pública es medible y objetivable y corresponde a los órganos establecidos en la misma su medición y valoración de responsabilidades. ¿Por qué no se hace? A falta de respuesta aventuro la mía: porque las responsabilidades recaerían sobre sus gestores, los puestos de la estructura -mayoritariamente sobre los que ocupan puestos de libre designación- lo que les obligaría a su harakiri - perdón, es un símil, quiero decir su destitución- ¡Hasta ahí podríamos llegar!, me dirán. Sería lo responsable, diríamos los ciudadanos.

Hay otro motivosi se mantiene la actual administración autonómica en estado de deterioro, se justifica la huida hacia delante de la creación de entidades públicas paralelas, 'salvadoras' de lo público, no sujetas a los controles rigurosos de aquélla, entre los que no es el menor orillar, como se ha hecho, el principio de igualdad, capacidad, mérito y publicidad -que rige para los empleados públicos- para el acceso de los interesados a los nuevos puestos: otra vez más asistimos al clientelismo político o sindical a gran escala, y al silencio general de los que debieran haberlo atajado. El gobierno de la Junta ha hecho de la administración autonómica -que es de todos- algo de su propiedad: la ha 'patrimonializado'. También ha tenido otras consecuencias importantes: la duplicidad de funciones y el incremento notable presupuestario por la coexistencia de ambas organizaciones.

A esta situación de existencia de una administración autonómica y de las entidades instrumentales - denominación aséptica de la administración paralela- había que darle una solución, y la Junta lo ha promovido mediante la Ley de Administración -Ley 9/2007- que acoge bajo el paraguas del sector público a ambas, aunque cada una en su ámbito competencial, y, ahora, con el Decreto-Ley 5/2010 de medidas urgentes para la reordenación del sector público y su modificación posterior, da un paso más: la legalización de la fusión de 111 empresas instrumentales en 11 agencias a las que se integran organismos de la administración autonómica: se consagra así la coexistencia en un misma agencia personal con 'potestades públicas' por ley -funcionarios- y los que no las tienen. Se borran así las huellas de su origen y se legitima ante la ciudadanía la nueva Administración Autonómica.